Prepara 360 ml de café expreso o café muy fuerte y déjalo enfriar. Mezcla 60 ml de licor de café o ron oscuro (opcional) y vierte todo en un recipiente amplio y poco profundo.
Coloca un bol resistente al calor sobre un cazo con agua a punto de hervir (baño María). Bate 6 yemas de huevo con 150 g de azúcar sin dejar de remover durante 8-10 minutos, hasta que la mezcla espese, adquiera un color claro y doble su volumen (aprox. 70 °C). Retira el bol del baño María y deja que la mezcla se enfríe, removiendo de vez en cuando, durante 10-15 minutos.
En otro bol, incorpora con suavidad 450 g de mascarpone a la crema de yemas fría hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
En un bol bien frío, bate 240 ml de nata para montar muy fría con 5 ml de extracto de vainilla hasta que se formen picos suaves. Incorpora la nata montada a la mezcla de mascarpone en dos veces, con movimientos envolventes, hasta que esté homogénea.
Sumerge cada bizcocho de soletilla rápidamente en la mezcla de café fría durante 1-2 segundos por cada lado. Colócalos en una fuente de 23 × 33 cm (9 × 13 pulgadas) formando una capa, ajustándolos si es necesario.
Extiende la mitad de la crema de mascarpone sobre los bizcochos. Repite con otra capa de bizcochos empapados y la crema restante. Alisa la superficie.
Cubre con film transparente y reserva en la nevera durante al menos 4 horas o, mejor aún, toda la noche.
Justo antes de servir, espolvorea abundantemente cacao puro en polvo sin azúcar sobre la superficie.