Precalienta el horno a 170°C con calor arriba y abajo y prepara un molde redondo de 20-22 cm engrasado, enharinado o forrado con papel.
Funde 150 g de chocolate negro (mínimo 70 % cacao) al baño María o en microondas en intervalos, y deja templar.
Bate 150 g de mantequilla sin sal con 120 g de azúcar glas hasta obtener una crema blanquecina.
Añade las 6 yemas de huevo una a una, batiendo bien tras cada adición, e incorpora el chocolate fundido.
Tamiza 150 g de harina de trigo con 1 cucharadita de levadura química y una pizca de sal; añade a la mezcla de chocolate mezclando suavemente.
Monta las 6 claras de huevo a punto de nieve firme e intégralas en tres veces con movimientos envolventes.
Vierte la masa en el molde y hornea 45-55 minutos. Comprueba con un palillo: debe salir limpio.
Deja enfriar completamente el bizcocho sobre una rejilla y desmóldalo.
Corta el bizcocho enfriado horizontalmente en dos capas y nivélalo si es necesario.
Templa 250 g de mermelada de albaricoque y, si tiene trozos, pásala por un colador.
Extiende una capa de mermelada sobre la base del bizcocho, coloca la segunda mitad encima y cubre toda la tarta con una capa fina de mermelada; refrigera 15-20 min.
Para el glaseado, hierve 150 g de azúcar y 120 ml de agua durante 5 minutos hasta que espese ligeramente.
Retira del fuego, añade 200 g de chocolate negro troceado y 50 g de mantequilla, y remueve hasta obtener un glaseado liso.
Deja templar el glaseado hasta que esté tibio y viértelo sobre la tarta colocada en una rejilla, dejando que cubra laterales.
Deja que el glaseado se asiente a temperatura ambiente o en nevera 1-2 horas antes de servir con nata montada si lo deseas.