Forra la base de un molde desmontable de 20 cm con papel de horno.
Tritura 250 g de galletas María hasta obtener migas finas y mézclalas con 100 g de mantequilla sin sal derretida.
Presiona la mezcla de galletas de forma uniforme sobre la base del molde y mete el molde en la nevera.
Bate 500 g de queso crema con 150 g de azúcar hasta que quede suave.
Añade la ralladura de 2 limones grandes y 90 ml de zumo de limón y mezcla bien.
Monta 300 ml de nata para montar hasta que forme picos suaves.
Incorpora con movimientos suaves y envolventes la nata montada en la mezcla de queso crema hasta que esté homogénea.
Vierte el relleno sobre la base fría y alisa la superficie.
Refrigera durante al menos 4 a 6 horas o, preferiblemente, toda la noche.
Pasa un cuchillo por el borde del molde para desmoldar, retira la tarta, córtala y sírvela.