En un cazo mediano, mezcla 100 g de azúcar granulado, 60 ml de vinagre blanco (o de arroz), 60 ml de ketchup, 15 ml de salsa de soja baja en sal y 120 ml de agua; bate con unas varillas hasta que quede homogéneo.
Coloca el cazo a fuego medio y deja que empiece a hervir suavemente, removiendo de vez en cuando hasta que el azúcar se disuelva (unos 2–3 minutos).
Mientras tanto, en un bol pequeño, mezcla 15 ml de maicena con 30 ml de agua fría hasta obtener una pasta lisa.
Vierte poco a poco la mezcla de maicena en la salsa que está hirviendo, batiendo sin parar.
Continúa batiendo mientras la salsa vuelve a hervir y espesa (1–2 minutos), hasta que cubra el dorso de una cuchara.
Retira el cazo del fuego y deja que la salsa se enfríe hasta que esté brillante y espesa.
Úsala al momento o guárdala en un recipiente hermético en el frigorífico hasta una semana.