Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una cazuela grande de fondo grueso a fuego medio.
Añade la cebolla mediana picada, las zanahorias y el apio, y cocina hasta que estén tiernos, unos 8–10 minutos.
Aparta las verduras hacia un lado de la cazuela y añade la carne picada al otro; desmenúzala y cocina hasta que se dore por completo, unos 8–10 minutos. Escurre el exceso de grasa y mezcla la carne con las verduras.
Incorpora los dientes de ajo picados y cocina hasta que desprendan aroma, aproximadamente 1 minuto.
Vierte el vino tinto seco, raspa los restos dorados del fondo de la cazuela y cocina a fuego medio hasta que el vino se reduzca a la mitad, unos 5–7 minutos.
Añade la leche entera y deja que llegue a un suave hervor; cocina hasta que casi se haya evaporado, unos 10–15 minutos.
Incorpora el tomate triturado, el caldo de carne, la hoja de laurel y la nuez moscada recién rallada. Sazona con sal y pimienta negra recién molida al gusto.
Cuando la salsa empiece a hervir suavemente, reduce el fuego al mínimo, tapa parcialmente y deja cocer durante 1½–2 horas, removiendo de vez en cuando.
Unos 15 minutos antes de servir, pon a hervir una olla grande con agua y sal. Añade el rigatoni y cocina según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente. Antes de escurrir, reserva 250 ml del agua de cocción.
Escurre los rigatoni y añádelos directamente a la salsa boloñesa. Remueve para que queden bien impregnados, añadiendo el agua de cocción reservada hasta obtener la consistencia deseada.
Sirve inmediatamente espolvoreado con queso parmesano recién rallado y, si lo deseas, perejil fresco picado.