Seca las piezas de pollo con papel de cocina.
En un bol amplio y poco profundo, mezcla la harina de trigo, la maicena, la sal, la pimienta negra, la pimienta blanca, el pimentón dulce, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, el tomillo seco y la cayena; bate con unas varillas hasta que esté bien integrado.
En otro bol poco profundo, bate los huevos con la leche entera.
Pasa cada pieza de pollo por la mezcla de huevo, deja que escurra el exceso y empana bien con la harina sazonada, presionando para que se adhiera completamente.
Vuelve a sumergir brevemente las piezas enharinadas en la mezcla de huevo y repite el empanado con harina, presionando de nuevo; coloca las piezas en una rejilla.
Calienta abundante aceite vegetal en una cacerola honda de fondo grueso (o en una freidora) a 170 °C.
Con cuidado, introduce 3-4 piezas de pollo en el aceite caliente sin amontonarlas y fríe durante 8-10 minutos por cada lado, dándoles la vuelta de vez en cuando, hasta que el rebozado esté dorado y, al pinchar el pollo, el jugo salga claro.
Saca el pollo frito y colócalo sobre una rejilla apoyada en una bandeja para que escurra el exceso de aceite.
Repite el proceso con las piezas restantes.
Sirve caliente acompañado de patatas fritas, ensalada de col o una ensalada verde.