Llenar una olla grande con agua, añadir una pizca de sal y llevar a ebullición a fuego alto.
Añadir 450 g de pasta espiral y cocer al dente según las indicaciones del paquete; antes de escurrirla, reservar 240 ml del agua de cocción. Escurrir la pasta y reservarla.
Calentar 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio-alto.
Incorporar 450 g de salchicha fresca tipo italiana (sin tripa), desmenuzarla con una cuchara y cocinar durante 5–7 minutos, hasta que esté dorada y no quede color rosado en el interior (aprox. 70 °C). Retirar la salchicha a un plato, dejando la grasa en la sartén.
Bajar el fuego a medio, añadir 1 cebolla grande picada y 2 pimientos (de cualquier color) troceados, y saltear hasta que estén tiernos, unos 5–7 minutos.
Incorporar 3 dientes de ajo picados y cocinar 1 minuto, hasta que desprendan aroma.
Verter 800 g de tomate triturado y 120 ml de caldo de pollo; sazonar con ½ cucharadita de sal y ¼ cucharadita de pimienta negra. Llevar a fuego medio-bajo hasta que empiece a burbujear suavemente; tapar y cocinar 10 minutos, añadiendo parte del agua de cocción reservada si la salsa queda demasiado espesa.
Volver a añadir la pasta cocida y la salchicha a la sartén; agregar 50 g de queso parmesano rallado y 15 g de albahaca fresca picada. Mezclar bien hasta que la pasta se impregne de la salsa y se caliente. Probar y rectificar de sal y pimienta al gusto.
Servir inmediatamente, espolvoreando más queso parmesano rallado y unas hojas de albahaca fresca.