Precalienta el horno a 200°C con calor arriba y abajo.
Lava los muslos de pollo y sécalos bien con papel de cocina; sazona generosamente con sal y pimienta negra recién molida.
Pela las patatas y córtalas en gajos de tamaño uniforme.
Pela la cebolla y córtala en juliana.
Aplasta ligeramente los dientes de ajo con la parte plana de un cuchillo.
En una bandeja de horno grande, coloca las patatas, la cebolla y los ajos; riega con el aceite de oliva virgen extra y mezcla con las manos para impregnar las verduras.
Haz un hueco en la bandeja y sitúa los muslos de pollo; exprime medio limón por encima y vierte el vino blanco seco; añade las ramitas de romero o tomillo fresco.
Introduce la bandeja en el horno y asa durante 45-60 minutos.
A los 25-30 minutos, da la vuelta a los muslos y remueve las patatas; si se doran muy rápido, baja la temperatura o cubre con papel de aluminio.
Comprueba que la piel esté dorada y crujiente y que los jugos salgan claros (la temperatura interna debe alcanzar 74°C).
Retira la bandeja, deja reposar los muslos 5 minutos y sirve acompañado de las patatas y la cebolla asadas.