Día 1: En un tarro de cristal limpio de boca ancha, mezcla 50 gramos de harina de fuerza con 50 gramos de agua mineral hasta obtener una pasta homogénea. Tapa el tarro sin cerrar herméticamente y deja reposar a temperatura ambiente (20-24 °C) durante 24 horas.
Día 2 y 3: Observa la masa madre sin realizar ninguna acción. Mantén el tarro en el mismo lugar y comprueba la aparición de burbujas y el olor ácido.
Día 4: Desecha la mayor parte de la mezcla, dejando 50 gramos de masa madre en el tarro. Añade 50 gramos de harina de fuerza y 50 gramos de agua mineral. Mezcla bien, tapa sin cerrar herméticamente y deja reposar otras 24 horas.
Día 5 a 7 (alimentación diaria): Cada 24 horas, repite el proceso de desechar la mayor parte del cultivo dejando 50 gramos y alimentar con 50 gramos de harina de fuerza y 50 gramos de agua mineral. Mezcla y deja reposar hasta que la masa madre duplique su volumen y esté llena de burbujas.
Prueba de flotación: Para saber si está lista, coloca una cucharadita de masa madre en un vaso con agua. Si flota, la masa madre está activa y lista para usar.
Mantenimiento: Una vez activa, guarda la masa madre en el frigorífico si no la usas diariamente y aliméntala una vez por semana. Si horneas con frecuencia, mantenla a temperatura ambiente y aliméntala cada 12-24 horas.