Mezcla 200 g de azúcar con 240 ml de agua caliente en una jarra grande o en un bol resistente al calor, removiendo hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Deja enfriar el almíbar mientras preparas los limones.
Exprime los limones hasta obtener aproximadamente 240 ml de zumo, retirando las semillas.
Vierte el zumo de limón en la jarra con el almíbar frío.
Añade 720 ml de agua fría, prueba la mezcla y, si lo prefieres más suave, incorpora los 120 ml restantes. Remueve bien para combinar.
Refrigera la limonada al menos 1 hora para que esté bien fría y los sabores se integren.
Llena los vasos con cubitos de hielo y vierte la limonada fría.
Decora cada vaso con una rodaja de limón y, si lo deseas, una ramita de hierbabuena.