Pela, deshuesa y corta en dados de unos 1 cm los 900 g de melocotones maduros; colócalos en un bol y mézclalos con 100 g de azúcar granulada y 1 cucharada de zumo de limón (opcional). Remueve y deja reposar entre 30 y 60 minutos para que se maceren.
Transfiere los melocotones macerados con su jugo a una cazuela y cocina a fuego medio, removiendo de vez en cuando, hasta que los melocotones estén algo tiernos y el almíbar espese, unos 5-7 minutos. Retira del fuego y deja enfriar por completo.
En un bol grande, bate 480 ml de nata para montar, 240 ml de leche entera, los 100 g restantes de azúcar, 1 cucharadita de extracto de vainilla y una pizca de sal hasta que el azúcar se disuelva.
Incorpora la mezcla de melocotones ya fría, cubre con film transparente y deja en la nevera al menos 4 horas o toda la noche.
Vierte la mezcla bien fría en la máquina para hacer helados y deja trabajar 20-30 minutos, hasta que tenga una textura cremosa y suave.
Pasa el helado a un recipiente hermético, presiona film transparente sobre la superficie y deja en el congelador entre 4 y 6 horas hasta que esté firme.