Calienta 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén grande o en una cazuela a fuego medio. Incorpora la cebolla amarilla picada finamente y cocina, removiendo de vez en cuando, hasta que esté blanda y translúcida, unos 5–7 minutos.
Incorpora el ajo picado y los copos de guindilla (si los usas) y cocina 1 minuto más hasta que desprendan aroma, cuidando que el ajo no se queme.
Vierte el tomate triturado en la cazuela. Añade el orégano seco, 1 cucharadita de sal y la pimienta negra. Lleva a fuego medio hasta que empiece a hervir suavemente; luego reduce el fuego al mínimo, tapa y cocina 20–30 minutos, removiendo de vez en cuando.
Mientras la salsa se cocina, pon a hervir abundante agua con sal en una olla grande. Incorpora los espaguetis y cuece durante 8–10 minutos hasta que estén al dente. Reserva 240 ml del agua de cocción y escurre la pasta.
Añade los espaguetis escurridos y la albahaca fresca picada a la salsa. Mezcla bien y, si la salsa está muy espesa, añade un chorrito del agua de cocción reservado.
Sirve al momento con queso parmesano rallado y, si lo deseas, decora con unas hojas de albahaca fresca.