En un cazo mediano, pon 200 g de arroz de grano largo y 480 ml de agua; lleva a ebullición.
Baja el fuego al mínimo, tapa y cocina a fuego lento durante 15-18 minutos, hasta que el agua se haya absorbido y el arroz esté tierno.
Retira del fuego y deja reposar, tapado, 5 minutos; esponja el arroz con un tenedor.
Mientras tanto, prepara los ingredientes: corta 450 g de pechuga de pollo sin piel ni hueso en dados de 2-3 cm; pela 1 zanahoria grande y córtala en bastones finos; separa 300 g de ramilletes de brócoli.
Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén amplia a fuego medio-alto.
Añade el pollo y cocina 5-7 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que esté dorado y bien cocido; retíralo y reserva en un plato.
En la misma sartén, añade el brócoli y la zanahoria (si hace falta, añade un poco más de aceite) y saltea 3-5 minutos, hasta que estén tiernos pero crujientes.
Vuelve a incorporar el pollo a la sartén con las verduras.
En un bol pequeño, mezcla 60 ml de salsa de soja baja en sal, 2 cucharadas de miel, 1 cucharada de vinagre de arroz, 1 cucharadita de jengibre rallado (o jengibre en polvo), 1 diente de ajo picado (o ajo en polvo) y 1 cucharada de maicena hasta obtener una salsa homogénea.
Vierte la salsa sobre el pollo y las verduras; cocina 1-2 minutos, removiendo constantemente, hasta que la salsa espese y cubra bien todos los ingredientes.
Reparte el arroz en cuatro cuencos y coloca encima la mezcla de pollo y verduras.
Espolvorea con semillas de sésamo y cebolleta en rodajitas; sirve inmediatamente.