Forra un molde cuadrado de 20 × 20 cm con papel de horno, dejando un sobrante para facilitar el desmoldado.
En un cazo mediano, a fuego bajo, combina 120 g de mantequilla de cacahuete suave, 80 ml de miel, 1 cucharadita de extracto de vainilla y 1/4 de cucharadita de sal. Remueve constantemente durante 2–3 minutos hasta que esté suave y bien integrado, sin que llegue a hervir.
En un bol grande, mezcla 200 g de copos de avena, 80 g de chispas de chocolate y 50 g de arándanos secos hasta que queden bien repartidos.
Vierte la mezcla caliente de mantequilla de cacahuete sobre los ingredientes secos. Remueve con una cuchara o espátula hasta que todos los copos y añadidos queden completamente cubiertos.
Traslada la mezcla al molde y presiona con firmeza y de forma uniforme con el dorso de una cuchara o espátula para compactarla.
Refrigera durante al menos 2 horas para que las barritas adquieran firmeza.
Saca el bloque de granola del molde ayudándote del papel, colócalo sobre una tabla y córtalo en 12 barritas con un cuchillo bien afilado.