Calienta una cacerola mediana a fuego medio y añade 2 cucharadas de aceite de oliva, moviendo la cazuela para que se cubra bien.
Cuando el aceite esté caliente, incorpora 200 g de arroz de grano largo. Remueve constantemente durante 5–7 minutos hasta que los granos adquieran un tono dorado.
Añade media cebolla amarilla picada y cocina durante 3–4 minutos hasta que esté transparente.
Incorpora 2 dientes de ajo picados y cocina 1 minuto hasta que desprendan su aroma.
Añade 120 ml de salsa de tomate y cocina, sin dejar de remover, durante 2 minutos.
Vierte con cuidado 480 ml de caldo de pollo bajo en sal, media cucharadita de sal y un cuarto de cucharadita de comino molido. Remueve para mezclar bien.
Cuando empiece a hervir a fuego medio-alto, baja el fuego a bajo, tapa la cacerola y deja cocer sin destapar durante 18–20 minutos.
Si lo deseas, incorpora suavemente 50 g de guisantes y zanahorias congelados justo después de apagar el fuego.
Tapa de nuevo y deja reposar 5–10 minutos fuera del fuego.
Destapa, esponja el arroz suavemente con un tenedor y sirve caliente.